Para que usted, como odontólogo, pueda comprender mi enfoque al asesorar a los pacientes, me gustaría explicarle cómo les transmito la necesidad de un tratamiento de conductos radiculares.
Considero fundamental ofrecer una explicación completa pero fácil de entender, con el objetivo de generar confianza.
Además, apoyo mis explicaciones con imágenes y los instrumentos que se utilizan durante el procedimiento.
Este conocimiento no solo ayuda a reducir los temores de los pacientes, sino que también fomenta su colaboración durante el tratamiento.
A continuación, le presento un ejemplo de cómo estructuro la consulta:
Si tienes una caries profunda o ya se ha detectado una inflamación en la punta de la raíz y deseas conservar tu diente, se recomienda un tratamiento de conductos radiculares. Este procedimiento es una de las medidas de emergencia dental más comunes y una técnica clave para preservar un diente.
Este tratamiento es necesario cuando las bacterias penetran en el interior del diente y el tejido, conocido como nervio dental o pulpa, se inflama o muere. Sin tratamiento, esto puede causar fuertes dolores, la propagación de la inflamación a los tejidos circundantes, e incluso una "septicemia" si la infección llega a los vasos sanguíneos cercanos.
El éxito del tratamiento varía según la gravedad de la inflamación, la anatomía del diente y tu estado de salud general. Tu dentista evaluará tu caso y te explicará las posibilidades de éxito, así como los pasos específicos del procedimiento.
El tratamiento de conductos radiculares suele realizarse en una a cuatro sesiones, dependiendo de la complejidad del caso.
Duración: Cada sesión dura entre 30 minutos y una hora.
Radiografías: Se requieren hasta 4 pequeñas radiografías para diagnóstico, medición de la longitud del conducto y control del éxito del tratamiento.
Pasos del tratamiento
Anestesia local
Se aplica anestesia en la zona afectada para garantizar que el procedimiento sea completamente indoloro.
Acceso al interior del diente
Se abre el diente para acceder a los conductos radiculares.
Limpieza y desinfección
Con instrumentos especiales, se limpian los conductos y se eliminan los restos del tejido inflamado o muerto. Luego, se desinfectan con soluciones especiales.
Sellado de los conductos
Una vez que los conductos están limpios y el diente está libre de molestias, se sellan con materiales especiales como gutapercha y otros selladores.
Empaste provisional
Al finalizar el tratamiento, se coloca un empaste temporal para observar cómo responde el diente antes de realizar la restauración definitiva.
Nota: Como el diente queda "muerto" (sin irrigación sanguínea), se vuelve más frágil y propenso a fracturas.
Restauración definitiva
Si el diente sigue estable y sin molestias semanas después, se recomienda colocar una corona o, en algunos casos, un empaste duradero para protegerlo.
Si el diente no puede ser salvado, será necesario extraerlo (extracción dental). Tras la extracción, el diente perdido puede ser reemplazado con un implante, un puente o una prótesis.
Aunque el tratamiento de conductos suele ser exitoso, pueden surgir complicaciones poco frecuentes:
Dolores o inflamación después del tratamiento.
Fractura de instrumentos dentro del conducto.
Inflamaciones recurrentes que requieran un nuevo tratamiento.
Lesión del seno maxilar (en molares superiores).
Muy raramente: lesión de nervios faciales.
Ingestión o aspiración accidental de instrumentos utilizados durante el procedimiento.
El dentista discutirá todos los riesgos contigo antes de proceder.
Después del tratamiento, es fundamental mantener una buena higiene oral:
Cepilla tus dientes cuidadosamente con un cepillo de cerdas suaves o medias.
Usa hilo dental e interdentales para eliminar restos de alimentos.
Evita alimentos duros o pegajosos en los primeros días para no sobrecargar el diente tratado.
Si notas dolor, hinchazón u otros síntomas inusuales, contacta inmediatamente a tu dentista.
Con un tratamiento de conductos exitoso, puedes conservar tu diente durante muchos años. Es una solución eficaz y segura para mantener la salud bucal y evitar complicaciones más graves.
Este ejemplo demuestra cómo, a través de una estructura clara, un lenguaje sencillo y el uso de ayudas visuales, promuevo la comprensión del paciente y reduzco posibles miedos.
¡Contácteme! Estaré encantado de ayudarle.